
"NO ES MOCO DE PAVO"
Por “La voz de Irie” 13/04/09
4.000 millones de pesos anuales. Ese es el monto de dinero que está discutiendo la Mesa de Enlace de las patronales agropecuarias con el proyecto de baja de las retenciones consensuado junto con la oposición. Cuatro mil millones de pesos por año, no es moco de pavo. Se entiende porqué hacen tanto puchero.
Es mucho dinero para un reclamo indignado de uno de los sectores que más beneficiado se vio en el último tiempo económico del país. Y es un reclamo muy poco solidario con el resto del país que sufre y necesita mucho más para cuestiones mucho más básicas. Como el Fondo Federal Solidario que creó el gobierno nacional con el 30 por ciento de las retenciones a la soja y que va directo a provincias y municipios. El destino de este dinero deberá ser aplicado en infraestructura social: escuelas, viviendas, agua potable, cloacas y otras obras. Entonces el dilema pasa por seguir concentrando plata donde ya está más que concentrada o repartirla un poco mejor donde bien que hace falta.
Pero no está en debate solo el destino de dichos ingresos sino varias cosas más. En otras notas ya tocamos la discusión sobre el rol del Estado que implica cada posición. Si este debe intervenir para armonizar los intereses de todos o si debe solo observar dejando todo en manos del libre mercado (libre entre comillas). También nos referimos en otras oportunidades a la discusión de fondo que se está dando en el debate entre el gobierno y el campo (campo también entrecomillado): una discusión por dos modelos de país bien diferenciados –o una economía productiva, industrial y de pleno empleo o una economía financiera, neoliberal, y especulativa-. (Ambos debates fundamentales que NO son moco de pavo).
¿Acaso pueden florecer monos de la tierra? Entonces, ¿de qué hablamos cuando decimos monocultivo? Cada vez más los grandes productores se vuelcan (y se han venido volcando hace años) a sembrar soja, soja, soja, y más soja. Indiscriminadamente, abusan del suelo sembrando soja (como si fuera cizaña). Atosigan la tierra. Porque les es más rentable ya que en el mercado internacional está siendo muy demandada. La soja. Pero no hablamos de cualquier soja. Hablamos de la famosa soja transgénica. O sea, la soja modificada genéticamente para resistir a un pesticida. El problema es que este veneno contamina la tierra y genera enfermedades como el cáncer en los trabajadores. Además: La siembra de este monocultivo destruye la biodiversidad de la tierra, reduce la superficie de tierra apta para la diversidad de cultivos, contamina la tierra debido a las fumigaciones con pesticidas, provoca desocupación por el uso de la maquinaria y esto lleva a los trabajadores a emigrar, provoca deforestación (talado indiscriminado de árboles) generando un problema ecológico.
Todo esto produce el monocultivo de la soja. Y si alguien cree que la palabra soja ha sido reiterada demasiadas veces en este escrito, rozando el hartazgo, la tierra siente lo mismo con tanta soja en su vientre. Si pudiese hablar con palabras la pachamama gritaría su hartazgo: ¡Basta!.
El problema es que ella tiene otros lenguajes para comunicarse con nosotros, pero parece que la ignoramos.