
Por “La voz de Irie”, 10/8/09
“Hecho hilacha y arruinado/
hecho hilacha y arruinado/
suavemente voy cantando”.
Damas Gratis
¿Qué significa reconstruir el tejido social? ¿Qué tejido social es el que está roto? ¿Cómo se reconstruye? ¿Para qué?...
El tejido social es como un gran poncho que permite que todos estemos bien abrigados. Calor en el cuerpo y en el espíritu. Cuando el poncho está todo roto entonces muchos pasamos frío.
Además, el tejido social es el que nos da fortaleza y unidad como cuerpo social, igual que el tejido de nuestros órganos vitales que si se rompe enfermamos, así nuestro tejido (esa red de hilos con forma) es la medida de nuestra salud. Pero, ¿quién nos teje? Nosotros. Nuestra organización. Nuestro compromiso. O nos organizamos o nos enredamos entre nosotros mismos. ¿Cómo emprendemos esa difícil tarea de bordado? Cada punto se hace cotidianamente. Pero para que el resultado sea un poncho en serio el trabajo tiene que estar coordinado, articulado, discutido, entrelazado.
Las instituciones y organizaciones comunitarias son parte esencial del tejido. La familia, la Escuela, el Club, la Sociedad de Fomento, la Plaza, la Salita de primeros auxilios, la Organización Comunitaria. Desde esos lugares el tejido social se fortalece porque son los lugares del encuentro, de la participación, del compromiso, del intercambio. Son los lugares donde salta el pus de lo que nos tenemos que decir. Y también tienen que ser los lugares del pensarnos: cómo estamos, porqué, de dónde venimos, hacia dónde queremos ir. Un tejido social sin historia es un tejido débil y mal enhebrado.
Estamos deshilachados hace rato. Una dictadura genocida y una década nefasta como la del noventa nos pasó por encima. Nos dejó hechos hilacha y arruinados, como dice la canción. Nos dejó con el temor a meternos, a participar, a querer cambiar las cosas. Justamente todo lo que se precisa para reconstruir el tejido. Nos dejó con miedo a lo político. Nos dejó a veces enfrentados entre nosotros, enredados. El poncho lleno de agujeros. Y los medios de comunicación son como las polillas que cortan hilos, cortan hilos, cortan hilos…
El Domingo se festejó el día del niño en Francisco Álvarez, festejos comunitarios en diferentes barrios: Villa Escobar, La Providencia, Güemes, Maravillas del Oeste. Había cientos de chicos en cada lugar. La murga recorrió desde la mañana hasta la tarde cada evento llevando su baile y aportando su música. Primero en club EDIFA, luego en la Sociedad de Fomento con Sandra, Gerardo de La Providencia. Más tarde en la plaza de Güemes con Cintia, Ely y Marce. Por último en Maravillas del Oeste. En cada lugar es el tejido social el que se pone en juego, lo que se busca reconstituir. Son sus principales agujeros los que saltan a la vista. Un chico discrimina a otro durante un juego. ¿Dónde está el agujero? ¿En su casa? ¿En la escuela que no lo contiene? ¿En el padre que no tiene trabajo?
No importa si el resultado final vuelve a ser un poncho, como lo fue en su momento. Tal vez sea un pulóver u otro abrigo. No hay recetas para esto. Lo importante es volver a tejer. Trenzar. Hacerle frente a los medios-polilla y asumir la tarea de volver a bordar, a hilar fino, asumiendo la gravedad del tejido desgarrado como pueblo, como sociedad. Organizados o deshilachados.